A Simple Dinner | Privado

Había salido temprano de la universidad, eso era bueno. Manejó hasta su restaurante favorito, se había acostumbrado a estar sola por la isla, no había tenido muchas oportunidades de conocer a las personas a excepción de algunos estudiantes y la verdad, la mayoría de las veces no andaba de ánimos como para conocer a más personas pero esta era su casa ahora así que no era cosa de querer sino de hacer.

Aparcó a la entrada dejándola las llaves de su auto al servicio de parking, arregló su cabello antes de sonreírle a la chica de la entrada y caminar hacia el interior del lugar. Unas noches atrás había tenido un encuentro peculiar con Kenneth y sus pensamientos parecían ir de mal en peor, había bebido más de lo debido frente a su prometido, no le importaba la opinión de nadie pero él sería su esposo, las cosas cambiaban un poco. Suspiró al no encontrar ninguna mesa libre, no quería ir a la barra para empezar a beber desde tan temprano pero le tocaba hacerlo.

Avanzó en sus tacones Aldo hasta alguno de los bancos para reconocer a Juno por detrás, sonrió y se acercó a la chica. Ella era tan mala con las personas como Ronnie por lo que había aprendido a quererla a su forma, estando detrás de ella se acercó para susurrarle al oído - no empieces a rabiar, por favor - la molestó con una risa mientras tomaba asiento en uno de los bancos de al lado.

Su noche empezaba a mejorar después de todo, llamó al bartender para que le trajera la carta, planeaba comer antes de beber algo alcoholico, no quería otro episodio como aquél - es bueno verte Juno ¿andas en tu humor o crees que me puedas hablar? - le preguntó en un tono normal mientras leía la carta, estaba acostumbrada a June y su actitud.

June no había tenido clases ese día y agradecía con todo su ser eso, no había tenido ganas de ir a ver a sus idiotas compañeros y a su tonto profesor diciéndole cosas una y otra vez que hasta la fecha, ya tenía grabadas exactamente como las pronunciaba y el tono de voz que usaba. "Para ser escritores no necesitan estar inspirados en las cosas hermosas pero en las cosas simples y mundanas" Eso le decían todas las clases y hace mucho que June lo había entendido así que quería dejar al profesor hablar solo.

Ir a ese restaurante era lo único distinto que había hecho June en todo el día. La chica que se había pasado en piyamas sentada en el porche de su casa con la misma libreta que llevaba a todos lados y no dejaba que nadie jamás tocara. Tenía todas las ideas que aún debía escribir y no quería ser plagiada así que te ganabas un golpe en la mano por parte de June si tocabas su libreta que era prácticamente una biblia para ella. Su padre la molestaba mucho por eso pero ella no hacía más que rodar los ojos a sus comentarios y ocasionalmente reír.

June estaba cruzada de piernas con la vista fija en las personas que pasaban y lo que mayormente pasaba por su cabeza era: "Idiota, tonto, estúpido, mesero inútil" hace más de 10 minutos había llamado para que tomaran su orden pero el muy tonto mesero no se había percatado de la expresión molesta de June aunque esta estaba casi siempre presente ahí pero igualmente estaba molesta y se notaba por sus largos suspiros molesta o sus bufidos cada vez que le pasaba al lado. June escucho un murmullo en su oído y saltó del susto -Mierda, ¿Cuantas veces te he dicho que me da miedo tu cara, Ronron?- dijo June riendo mientras veía a Ronron sentarse a su lado.

Ahora tenía a una amiga, o más o menos, con ella así que quizás después de todo, no habría sido lo peor el hecho de que el mesero fuera un completo idiota. Vio a Ronron pedir la carta y bufó al ver al idiota acercarse, ¿era en serio? ¿Ahora sí venía? suspiró pesadamente al ver al chico y negó con la cabeza para alejar esos pensamientos, no se le iba a arruinar la noche con ese idiota. -Lo mismo digo Ronron y este idiota...- dijo con una pausa y señalo al mesero -Me ha arruinado la noche al no verme diez minutos antes pero en fin, sí te puedo hablar- dijo asintiendo.

Encontrarse a June era la mejor cosa que le podía haber pasado en la noche, los comentarios de la castaña harían que su mal humor desapareciera. Ron no era una chica que buscara a muchas amigas, no confiaba en nadie más que en sí misma, sabía que si ella no hacía las cosas entonces nadie las haría y con ese pensamiento había vivido la mayor parte de su vida pero con la chica que tenía en frente las cosas cambiaban, le agradaba charlar de cualquier tema con ella. Fuese serio o no, June lograba hacer de eso una broma de la cuál las dos terminaban riendo, incluso cuando no lo hacía con una buena intención.

Rodeó los ojos - pensé que con el maquillaje se te quitaría el miedo - respondió en tono burlón mientras le sonreía, se sentó a su lado, cruzó sus piernas y ordenó la carta. últimamente tenía su apetito más grande que en otros momentos, no, no estaba embarazada pero sí andaba en una época de ansiedad. Su padre y los del rubio andaban más que dispuestos a planear la boda lo antes posible, pronto sería la señora Levin, joder, eso sonaba horrible. Definitivamente no cambiaría su nombre.

Escuchó a su amiga gruñir con el mesero y rió - es porque te vio cara de chiquilla sin dinero - la molestó con una risa, pediría una sopa de mariscos para calmar sus ansias y un martini mientras esperaba, le pasó el menú a la chica - pero ya sabes, llegó el poder económico, pide lo que quieres, yo invito - siguió con la broma al cabo de que acomodaba su cabello, ya era una manía en vez de algo que hacía por necesidad. Miró a su alrededor, estaba tranquilo como de costumbre, a pesar de la cantidad de personas, no tenía que lidiar con sonidos demasiado fuertes. Se alegró por ello, sus propios gritos a los chicos la tenían aturdida, volvió su atención a Juno - ¿Te decidiste por algo o ahora andas en la moda de la anorexia? - le preguntó sonriéndole, las mujeres últimamente andaban más ridículas que nunca.

El mesero llegó de nuevo a su mesa y ordenó lo que tenía pensado, esperó por lo que Juno pediría. Rezaba porque no le saliera con una mala contestada, acá se exigía respeto al personal y las botarían sin pensarlo dos veces, miró con los ojos saltones a su amiga para que se mantuviese de un comentario rudo, la conocía demasiado bien, esperaba que ella también supiera de Ronnie lo suficiente para saber que debía de comportarse.

Ahí estaba Ronnie para animarla con sus comentarios sarcásticos y agridulces a los cuales June siempre respondía divertida y ambas acababan riendo con comentarios que serían una ofensa terrible para cualquier otra persona. June siempre había sido una chica que disfrutaba estar sola pero para variar, ella disfrutaba la compañia de Ronnie, es más, le gustaba tener alguien para reírse de sus chistes malos y para hablar horas sin importar de que. Podía estar una hora sentada hablado con Ronnie de algo que sea completamente estúpido pero aún así lo disfrutaba

June sonrió cuando Ronnie rodo los ojos -¿Maquillaje? ¿Es que tienes puesto maquillaje? Pensé que hoy venías de payaso, Ronron.- dijo con ambas cejas alzadas en forma de burla para corresponder a su tono burlón. June espero a que también llegará la carta. Como que ahora estaba de moda solo traerle la carta a los clientes que llegaban de último y dejar esperando a los que ya habían llegado. De verdad tenía hambre, insultar al mesero le había dejado con hambre porque dicen que cuando estas molesto, quemas más calorías o algo así y te da más hambre.

-¿Chiquilla sin dinero? Pues creo que se ha equivocado. Jamás juzgues un libro por su portada- dijo riendo ya que había recurrido a esa tan típica frase que estaba sobre usada. June tomo el menú y miro entre los platos, pediría medallones de carne con salsa de mostaza. Se le hacía agua la boca con solo pensar en comida, tenía mucha hambre porque había estado un buen rato con el mesero. -Por favor, señorita Mahone, sería un honor que me invitará la comida- dijo riendo un poco y luego rodó los ojos. -¿Moda de la Anorexia? Vamos Ronron, te he dicho que no bromees con eso- dijo más seria de lo normal. La anorexia no era nada para bromear desde que había tenido a una prima que sufría de ella.

-Pediré los medallones de carne con salsa de mostaza- le dijo al mesero con una leve sonrisa. June había entendido la señal que le había hecho su amiga con los ojos, sabía que tenía que tratar al personal con un buen respeto o las sacarían a ambas en par de minutos y sería la cosa más humillante del mundo que eso pasará aunque a June le importara poco lo que pensarán los demás, sería terrible que las sacaran ahí de mala gana. Espero a que el mesero se fuera para murmurar un insulto hacía él en Alemán, cosa típica de June. Había pasado muchos años en la isla hablando Inglés pero aún así seguía con sus expresiones en Alemán.  

Sólo había una chica que podía igualarla en sus comentarios, que no los evadía sino que lograba desestimarlos y esa chica era June. Con un humor tan parecido habían congeniado desde el primer momento en el que se conocieron, para Ron era la única amiga a la cuál le podía hablar como era y no se molestaría, al contrario, se sentiría identificada.

Soltó una carcajada - sí, sí, ya quisieras tú parecer un payaso como yo - le respondió sonriéndole de forma divertida mientras le guiñaba el ojo. Esperó a que la castaña pidiera su plato, sabía que los meseros juzgaban a las personas a quién servían por su físico y Juno solía parecer una chica algo diferente. - no bromeo, lo digo porque es lo que está pasando - se excusó Ron sabiendo que no era un tema sencillo de tocar, últimamente las mujeres tenían un montón de idioteces en la cabeza, con razón los hombres solían creerse superiores al sexo femenino.

Entregó su carta al mesero y se volvió a su amiga con una sonrisa - así que cuéntame Juno ¿Cómo te va en la vida? - le preguntó algo filosófica, Ron era así, queriendo conocer qué ocurría con los demás para ver si estaban tan jodidos como ella. Le trajeron el batido de fresa que había pedido antes de la comida y bebió un sorbo - debe de haber alguien en esta isla que logre conquistar a Storm ¿no? - la molestó un poco mientras acomodaba su cabello sonriéndole - a menos claro, de que lances esos rayos del cielo y los alejes - bromeó después, su apellido le hacía recordar a uno de los personajes de marvel, de los X-men. Bebió de su batido.

Se cruzó de piernas dejándose de llevar por sus propios pensamientos - desearía tener yo esos poderes - susurró para sí misma, podía alejar a toda la basura que le rodeaba y no la dejaba en paz, le ayudaría a acabar con personas que contaminaban el mundo más de lo que ya estaba y acabaría con la infelicidad que la recorría constantemente